"¿Para qué puede servir un periódico? Para aprender y comprender. Para aportar un poco de coherencia al estrépito del mundo allá donde otros tan solo amontonan la información. Para pensar ponderadamente nuestras luchas, e identificar y dar a conocer a aquellos que las llevan adelante"
La situació és greu, els principals periòdics europeus tanquen o redueixen les seues plantilles a través d'EROs. Diuen que els periòdics no es venen, i la venda al quiosc era la principal font de finançament del periodisme escrit.
Hui mateix, al periòdic El país, es publica un informe de Reuters que certifica aquesta decadència de la premsa escrita, però paral·lelament aporta dades que assenyalen l'augment de lectors i la conversió en webs de referència informativa a les edicions digitals del periòdics en paper. Contradicció? En absolut, la lectura de notícies a través d'internet ha augmentat, i un periòdic amb tradició ofereix més garanties que altres fonts menys fiables. El problema és que la publicitat a internet no cobreix les pèrdues de la publicitat i vendes del periòdic en paper. Algunes experiències com els periòdics gratuïts podrien semblar una alternativa, però la qualitat d'aquest periodisme espanta més que conforta, perquè aquests mitjans es converteixen en contenidors de publicitat amerats de curiositats o refregits d'agència.
Quin és el futur del periodisme, o millor dit, del dret a la informació dels ciutadans en aquest context? Si els mitjans tradicionals d'informació elaborada i explicada desapareixen poc a poc, i els seus substituts són elaborats per periodistes mal pagats i amb poques exigències de veracitat, o per aficionats que, a través de blogs dispersos o mòbils de circumstància aporten imatges inconnexes o notícies descontextualitzades, poca comprensió del món podem esperar.
Le Monde diplomatique aposta pels seus lectors i els demana un recolzament econòmic per la via de subscripció o compra, d'altres mitjans com La veu del País Valencià demanen microdonacions, un recolzament semblant al dels crowdfunding, o micromecenatges. Però el que sembla clar és que la via de la gratuïtat a canvi de publicitat a internet només porta a la degeneració de la informació i a la desaparició dels mitjans més crítics.
4 comentaris:
Al periodismo le pasa como al cine, a la música, a la educación, a la medicina, y a toda actividad humana en la que de una u otra forma, esté implicada una “valoración pecuniaria” de la misma (prácticamente en casi todas). Estas, están siendo forzadas el cambio de paradigma por la propia evolución (tecnológica y cultural). El cambio será la valoración de la “actividad” por su propio valor “intrínseco“. Y por parte de quien ejecuta la actividad, por el propio interés de hacer las cosas bien (independientemente de la valoración externa). Entiendo que se intente mantener los viejos sistemas (capitalistas) de “valorar en dinero las actividades” (han servido adecuadamente en su época), pero la evolución es implacable, y o se cambia de paradigma, o la mediocridad y la estupidez apuntadas para con el periodismo será moneda de cambio en todas las actividades.
La disminución de quioscos de prensa se viene notando en los últimos años, pero lo que me pasó este jueves en el aeropuerto de Málaga me pareció inusual: no pude comprar un periódico o una revista en todo el aeropuerto, uno de los principales de España y, si me lo permites, de Europa.
El periodismo tradicional está en crisis no solo por todo lo que dices en esta entrada (desaparición de cabeceras y puntos de venta por la competencia de Internet,etc).
Durante estos últimos 10-15 años, en el periodismo ha habido 2 opciones:
a) Unos periódicos se han convertido en "la voz de su amo", han perdido credibilidad y ahora tiene que acudir a los ERE.
b) A los periódicos críticos, como Le Monde Diplo, "nadie" ha querido escucharlos en tiempos de bonanza. El caso de Ignacio Ramonet, con sus lúcidos análisis en trabajos como "Cómo nos venden la moto" me parece paradigmático.
En fin, Enric, el tema da para mucho más, pero no quiero alargarme. Un abrazo: emilio
Espero que tengas razón, Josevi, y de hecho comparto tu opinión, al final, la creatividad humana acabará salvando el "vicio" pecuniario. Pero nos da miedo, qué puede pasar mientras se genera el nuevo paradigma? Dónde quedará el derecho a la información mientras surgen nuevos medios?
Si, los de la voz de su amo, Emilio, han sido los gratuitos y los ligados directamente a grandes grupos económicos, que han sido casi todos, El país incluido.
Necesitamos un nuevo modelo, un cambio de paradigma, como dice Josevi, que nos garantice el derecho a la información y proteja a los periodistas como profesionales. Difícil cuadratura del círculo sin venderse al capital
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